El compromiso de estudiar con nosotros
Vetera Novis Augere et Perficere:
Perfeccionar y aumentar lo viejo con lo nuevo.
Nova Academia es una casa de estudios centrada en la enseñanza de la filosofía perenne y artes liberales. Somos una plataforma educativa desligada de los estándares ideológicos posmodernos. Aquí no seguimos las tendencias de moda: las cuestionamos.
En un contexto dominado por el relativismo, el utilitarismo y el subjetivismo, Nova Academia representa uno de los últimos bastiones que transmiten fielmente la cultura clásica. Nuestro espacio es idóneo para almas inconformes que anhelan profundidad, propósito y sentido. Nosotros no capacitamos: formamos en los valores que elevan el alma hacia la verdadera trascendencia.
Hace cuatro años fundamos esta academia como respuesta directa al colapso de la cultura occidental. Frente al vaciamiento moral e intelectual de las instituciones oficiales, nos propusimos recuperar lo esencial: la educación como camino de perfeccionamiento humano. Desde nuestros inicios hemos ofrecido cursos y actividades diseñadas para rescatar la riqueza del pensamiento católico grecorromano. A lo largo de casi un lustro, conformamos una comunidad de estudio sólida, interdisciplinaria y comprometida con la búsqueda de la Verdad.
Nuestra propuesta educativa incluye cursos y conferencias impartidos por expertos en sus respectivas áreas. Cada cátedra se diseña con seriedad académica, orientación espiritual y un profundo respeto por la Tradición. Algunos de los temas que hemos tratado son:
Filosofía tomista.
Teología sistemática.
Doctrina social de la Iglesia.
Historia de la Iglesia.
Historia de México.
Psicología del mexicano.
Artes liberales.
Latín clásico.
Griego clásico.
Poética barroca.
La misión de Nova Academia trasciende lo académico. Buscamos rescatar la Tradición perenne; orientar integralmente a la persona humana en su dimensión intelectual, volitiva, social y afectiva; y cultivar un amor profundo a la Verdad, como lo hicieron San Agustín y Santo Tomás de Aquino. Creemos que una sociedad que pierde el contacto con lo trascendente se vuelve incapaz de formar seres humanos libres; por eso, nuestra labor no es opcional: es urgente.
Los valores que sostenemos no son eslóganes vacíos, sino pilares sobre los que edificamos nuestra comunidad académica.
No toleramos la mentira ni la manipulación ideológica. En tiempos donde los hechos son distorsionados y la verdad se relativiza, ser honestos es un acto de resistencia. La integridad intelectual es la base de todo verdadero conocimiento.
Nuestro compromiso con la Tradición es total. No enseñamos por conveniencia. Enseñamos porque es necesario. Porque si no lo hacemos nosotros, ¿le dejamos la responsabilidad a los propagadores del modernismo?
No pretendemos la adoración de las cenizas,
sino la preservación del fuego.
Somos conscientes de la magnitud de lo que está en juego. Nuestro trabajo es vital para el futuro de la humanidad. Si no formamos personas con principios fundados en la Recta Razón, el mundo caerá —está cayendo ya— en una deriva barbárica, totalitaria y satánica. No exageramos. Basta mirar con atención.
Heredamos un legado milenario que no tenemos derecho a olvidar. Custodiar la Tradición no es mirar al pasado con nostalgia, sino defender lo que ha hecho posible la civilización: el orden, el sentido, el bien, la belleza y la verdad. No improvisamos. Custodiamos lo que vale la pena custodiar.
Quien no ama el estudio, ama la ignorancia. Y la ignorancia es la herramienta perfecta para esclavizar. Estudiar —de verdad— es un acto de libertad. Es poner en orden el pensamiento para ordenar el alma. Aquí, el estudio es una forma de oración.
Sin trascendencia, no hay sentido. Sin Dios, todo es opinable, manipulable y descartable. Por eso nuestra enseñanza está anclada en la visión cristiana del mundo, que reconoce la dignidad del hombre, la existencia del alma racional y la vocación universal a la santidad.
Sabemos que este camino exige esfuerzo y disciplina. No recibimos financiamiento gubernamental ni privado. Esta academia se sostiene sólo gracias a tu compromiso. Si valoras esta labor, debes asumirla como lo que es: una responsabilidad histórica. No necesitamos más entretenimiento, sino una formación seria, integral y trascendente. Por eso lo decimos sin rodeos: estudiar con nosotros exige también un compromiso.
¿Qué esperamos de nuestros estudiantes?
Le pedimos a nuestros futuros inscritos asumir este decálogo:
• Puntualidad. Favor de notificar con antelación en caso de demora o inasistencia. Su aviso oportuno permite iniciar la clase en tiempo y forma.
• Asistencia. Al inscribirse, asume la responsabilidad de organizar su agenda. Una falta injustificada afecta su aprendizaje y la dinámica del grupo.
• Confianza. El costo del curso debe cubrirse en su totalidad. La opción de pago diferido es un apoyo para usted basado en un acto de confianza mutua. Por favor, verifique su disponibilidad financiera.
• Calendarización. El pago diferido consta de cinco depósitos puntuales realizados durante los primeros cinco días de cada mes.
• Responsabilidad. El curso se oferta completo, no por módulo. El pago diferido no debe ser un pretexto para la deserción. Las cancelaciones impactan negativamente a la academia, por ende, aunque no le sea posible continuar, deberá cubrir la totalidad del curso.
• Plataforma. Las clases se imparten por Google Meet. Pruebe la plataforma y notifique cualquier duda para recibir soporte técnico.
• Entorno. Compruebe su conexión, audio y disponga un espacio tranquilo y ordenado para atender la sesión adecuadamente.
• Grabaciones. Los cursos son en vivo. Sólo compartimos las grabaciones previo acuerdo con el alumno, en caso de que le sea imposible estudiar de manera sincrónica.
• Participación. Estudie con nosotros en vivo o asincrónico, solicitamos atentamente su participación activa para enriquecer el aprendizaje colectivo y retroalimentar a los profesores.
• Valoración. Y lo más importante, les pedimos valorar el esfuerzo que hacemos en pro de lo más sagrado de la persona humana: su naturaleza trascendental.
Quien busca una formación clásica no solo adquiere conocimientos: practica desde el primer día disciplina, entrega, respeto y seriedad como pilares de su desarrollo intelectual y espiritual.
